Lucía Pérez (Sevilla, 2001) tiene claro su sueño: ser la mejor jugadora del mundo de pádel. No va por mal camino si nos atenemos a sus resultados en categorías inferiores: varias veces campeona de Andalucía, subcampeona de España con la selección andaluza en el campeonato nacional de menores por comunidades autónomas 2019, y quinta en categoría cadete en el Mundial de Málaga 2017, entre otros éxitos.
En el World Padel Tour, el circuito profesional de pádel de referencia a nivel mundial, Lucía se estrenó en el 2019 y desde entonces no ha dejado de progresar hasta estar en el puesto 90 (junio 2021). Con tesón y sacrificio, sigue buscando un hueco en la élite mientras brilla en su tierra donde ha logrado ser, por ejemplo, campeona provincial en el 2021. Con esta joven deportista charlamos sobre sus inicios, su preparación, su debut en el World Padel Tour y sus objetivos en este deporte.
Inicios
—Clínicas Beiman: ¿Cómo comienza en el mundo del pádel?
—Lucía Pérez: Fue idea de mis padres para que estuviera más entretenida. Yo ya jugaba al fútbol y aprovecharon que nos habíamos mudado para apuntarme al club de pádel que tenía al lado de casa. Mi entrenador, Manolo Jaén, vio que apuntaba maneras y habló con mis padres. A partir de ahí empezamos a entrenar más a fondo. Dejé el fútbol para centrarme en el pádel cuando quedé subcampeona de Andalucía con diez años.
—¿Por qué el pádel y no otro deporte?
—Yo he practicado otros deportes (atletismo, natación…) pero en el caso del pádel me llamó la atención que se me daba bien y que progresaba. Tenía un rango de mejora muy alto. También me encantó mi entrenador. Llevo con él desde los nueve años y es una persona que transmite una energía diferente, lo que también influyó.
Características y preferencias como jugadora
—¿Cómo se definiría como jugadora de pádel?
—Soy muy trabajadora, con mucho carácter, competitiva y a veces talentosa, depende del momento (risas).
—¿Cuál es su golpe preferido?
—La volea de derecha.
—¿Y el mejor recuerdo que tenga en una pista de pádel?
—Sin duda alguna, el Mundial de 2017 de Málaga porque no éramos favoritas, empezamos desde la previa y conseguimos llegar a cuartos de final, donde perdimos contra las campeonas del mundo. Había un gran ambiente, con todas las selecciones. Algo muy diferente a lo que estamos acostumbrados a vivir.
—¿Tiene algún referente deportivo?
—En el mundo del pádel me fijo en Aday Santana, un jugador que ha llegado a ser top diez del mundo. Empecé como fan suyo y el destino ha hecho que sea muy amiga de él y me ayuda psicológicamente mucho.
—El público es una parte muy importante de su deporte. ¿Cómo lleva esa ‘presión’ añadida que supone jugar con tanta afición?
—A mí siempre me ha encantado jugar con público. Ya sea a favor o en contra, me motiva. Nunca me ha molestado ni me ha puesto nerviosa ni nada. Yo entro en una pista y me centro en mí, en lo que he hecho en el entrenamiento y en qué puedo hacer para ganar a las rivales.
—Al jugarse el pádel en pareja… ¿es más fácil o más difícil que otro deporte que se practique de manera individual?
—Para mí es más complicado porque tienes que entender a tu compañera. En el caso de que tu pareja no tenga el día, tienes que saber gestionarlo y tirar del equipo, o al revés, que tengas tú el mal día y tengas que gestionar tus emociones y las de tu compañera porque no estás jugando al nivel que deberías. También, el pádel es un deporte muy táctico y que necesita mucho entreno previo y jugadas en pareja. Por todo ello, para mí es más complicado que si vas a entrenar un solo día y a jugar un partido que depende de ti del 100% y nadie más.
World Padel Tour
—La temporada 2019 fue muy especial porque supuso su debut en el World Padel Tour…
—Sí, y estoy muy contenta por ello. Aparte de la subida de ranking y de los dos cuadros finales que disputé, fue una temporada muy positiva con mi entrenador porque vi que no hay excesiva diferencia con las mejores del mundo. Quizás, alguna diferencia de horas de entreno, de físico, pero psicológicamente, técnica y táctica, estoy más o menos al nivel que se exige. Está todo muy igualado y creo que con trabajo se pueden lograr los objetivos.
—¿Cuál ha sido el cambio principal respecto a otras categorías?
—Sinceramente, yo no noté un cambio muy brusco. Es verdad que cuando estás en la categoría cadete ya puedes competir en categoría absoluta y eso es una gran ventaja porque desde los 16 años ya puedes entrenarte con las mayores. Ese año sí hay diferencias con las que llevan más temporadas en el circuito, especialmente por los puntos. Si tienes pocos, te toca en primera ronda con las más buenas y te cuesta puntuar. Pero es cierto que la federación de pádel hace muy bien el permitir empezar desde los 16 años a jugar en la máxima categoría para que te vayas acostumbrando a competir en esos niveles.
Si no se consigue,
no pasa nada
pero yo voy a dar el cien
por cien para ser la
número uno.
Preparación y lesiones
—¿Cómo es un día de entrenamiento de Lucía?
—Depende de si estoy en temporada o competición hago una cosa u otra. Las competiciones suelen ser entre semana. Compito lunes y martes mientras que el miércoles viajo. Los jueves, viernes y sábados entreno una hora y media físico y otra hora y media pádel. También el sábado juego algún partido. En pretemporada, tengo varias semanas de descanso con sesiones de fisioterapia todos los días para recuperarme y en esta época entreno de tres a cuatro horas al día. A mí me gustaría mucho más pero al final todo es dinero y cuesta.
—¿Se pueden compaginar los entrenamientos, estudios y torneos con todo lo demás?
—Siempre hay que sacrificar algo. Para mí, lo más importante es el pádel, los estudios y mi familia. A veces tengo que descartar ir de fiesta con los amigos y si salgo, yo sólo bebo agua. Es cierto que para mí la familia es muy importante. Si yo necesito desconectar, me voy con mi familia y me despejo más que con cualquier otra cosa.
—En el deporte también es muy importante el apartado psicológico. ¿Cómo lo ha trabajado?
—Mi entrenador, Manolo Jaén, ha sabido llevarme siempre muy bien y damos muchas charlas fuera de pista. Desde que tengo diez años, Manolo ha estado dos o tres horas fuera de pista hablando conmigo y con mensajes y llamadas. En Clínicas Beiman también he tenido alguna que otra sesión con la psicóloga del centro.
—¿Y ha notado algún cambio?
—Yo he sufrido una clara evolución. Siempre he tenido mucho carácter y he sido muy competitiva pero lo gestionaba mal. Me metía mucha presión de querer hacerlo todo bien. Poco a poco, con la ayuda de mi entrenador, hemos cambiado esto y he aprendido a disfrutar en la pista y sentir cada bola. También me han ayudado mucho todas las lesiones que he tenido. Y es que incluso los médicos me dijeron que no iba a volver a jugar pero con trabajo lo conseguí. Ya al entrar en la pista es diferente porque te has visto que quizás no podías competir más. Así que cuando vas a jugar te dices a ti misma que debes disfrutar por todo lo pasado.
—¿Qué pasó exactamente con ese problema físico que ha mencionado?
—Todo ocurrió entre 2015 y 2016. Me empezaron a doler las rodillas y nadie sabía muy bien el porqué. Me hacían resonancias y salía que había tenido un esguince de rodilla pero no daban con el motivo de por qué yo no podía ni andar. Todos los médicos me decían que no iba a poder a jugar al pádel más porque no encontraban una explicación. Yo caminaba coja así que no podía meterme en una pista. Pasaron meses y meses hasta que mi entrenador decidió llevarme a un fisioterapeuta especializado en medicina deportiva y me diagnosticó un problema de descompensación de caderas muy grande. Con un trabajo específico de cinco meses, para compensar las caderas y nivelarlas, se me quitó el dolor de las rodillas. Sin Clínicas Beiman sería imposible continuar entrenando porque a mí me tienen que dar sesiones para descargar todas las semanas.
—¿Ha sufrido alguna otra lesión?
—Sí, esguinces de tobillo y roturas en el cuádriceps pero que no tienen mucha importancia si lo comparamos con el anterior problema.
«Mi sueño es ser la mejor del mundo»
—¿Le gustaría dedicarse profesionalmente al pádel?
—Sí. Entreno con el objetivo de ser la mejor. Si no se consigue, no pasa nada pero yo voy a dar el cien por cien para ser la número uno del mundo.
—Pero todo ello sin dejar los estudios, ¿no?
—Es cierto. Estoy estudiando Ciencias de la Actividad Física y del Deporte. Quiero terminar la carrera y sacarme las oposiciones de profesora. Si me va bien en el pádel, quizás deje las oposiciones hasta que me retire.
—¿Y algún sueño como deportista?
—Mi sueño es ser la mejor del mundo y que los patrocinadores puedan apostar por mí.